Jamaica: Estudiantes con discapacidad auditiva aprovechan el poder de la agricultura climáticamente inteligente con el apoyo de la Cruz Roja
Plantar, regar, deshierbar, cosechar y alimentar a los animales forman parte de la vida del Centro Cristiano Caribeño para Personas Sordas (CCCD) de Manchester (Jamaica) desde hace mucho tiempo. Un día cualquiera, el personal y estudiantes del campus Knockpatrick de la escuela pueden estar cosechando frijoles, calabazas y vegetales como parte del programa educativo nutricional y de subsistencia.
Pero cuando las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 hicieron que disminuyeran los ingresos de las empresas y las donaciones a la escuela, la administración se centró aún más en utilizar sus tierras para ayudar a producir parte de sus demandas internas de alimentos. Mientras tanto, había otros retos: la sequía persistente significaba que simplemente no había suficiente agua para regar adecuadamente el invernadero del campus y los cultivos de campo abierto.
Fue entonces cuando la escuela recurrió a la agricultura "climáticamente inteligente". Con el apoyo de la Cruz Roja de Jamaica (CRJ), el campus de Knockpatrick utiliza ahora bombas alimentadas con energía solar para ayudar a cosechar y almacenar agua para su invernadero y granja. El CCCD ya había instalado un sistema de captación de agua en los años sesenta, pero el sistema estaba en mal estado.
Tyreke Lewis, uno de los 130 estudiantes que viven en el campus de Knockpatrick, de 130 hectáreas, afirma que las modificaciones han cambiado las cosas para mejor. "La escuela también podrá producir más bienes para vender a la comunidad y a otras partes interesadas", afirma. "Los ingresos adicionales nos ayudarán a pagar nuestras facturas y otros gastos. Nos permitirá desarrollar nuestras capacidades para ser más autosuficientes en el futuro".
Una isla que se está secando
El Campus Knockpatrick no es el único que se enfrenta a los impactos del cambio climático. Según los Servicios Meteorológicos de Jamaica, todas las zonas recibieron precipitaciones por debajo de lo normal en diciembre de 2022.
En combinación con el COVID-19, los cambios en el clima han tenido importantes consecuencias humanitarias, y las personas más pobres y vulnerables son las que más sufren sus efectos a través de la pérdida de vidas, los contratiempos económicos y la pérdida de medios de subsistencia.
Como parte de sus planes para ayudar a las personas afectadas por la crisis climática y los efectos socioeconómicos del COVID-19, la CRJ se puso en contacto con el CCCD a través de la Autoridad de Desarrollo Agrícola Rural (RADA).
"En nuestras conversaciones con el CCCD, nos dimos cuenta de que la sequía y la escasez de agua existentes, unidas a la menor generación de ingresos debido al COVID-19, agravaban la crisis alimentaria, empujándoles a producir más para sí mismos", explica Leiska Powell, Project Manager de la CRJ. "Pero, para ello, necesitaban ayuda para gestionar el agua con el fin de mejorar y aumentar la producción. Queríamos encontrar la forma de ayudarles a conseguirlo".
Agricultura climáticamente inteligente
Para conseguirlo, la CRJ contrató a una empresa local que ofrece soluciones energéticas alternativas para instalar la bomba de agua solar; y proporcionó cuatro depósitos de agua de 1.000 galones para facilitar el almacenamiento de agua adicional.
La iniciativa consistió en construir una rampa para albergar los cuatro depósitos de agua e instalar una bomba de agua solar para trasladar el agua del actual depósito de captación a los nuevos bidones de almacenamiento, para abastecer de agua al invernadero.
John Meeks, responsable de empresas sociales del CCCD, señaló que esta alianza con la Cruz Roja marca el primer paso en su apuesta estratégica por desarrollar un programa agrícola resistente al clima y climáticamente inteligente.
"Sin riego, no podemos plantar ni criar animales", afirma. "Esta iniciativa, por tanto, supone un paso clave en la dirección correcta y nos permitirá ampliar nuestra producción de cultivos de 2-3 hectáreas a hasta 10 hectáreas, porque ahora contamos con el sistema de riego".
En la siguiente fase de la iniciativa, la CRJ colaborará con RADA para ofrecer formación sobre agricultura climáticamente inteligente a estudiantes y al personal del CCCD, con el fin de reforzar su capacidad en agricultura sostenible y gestión del agua. También hay planes para ampliar la iniciativa de agricultura climáticamente inteligente a otros campus del CCCD, una vez que se consiga financiación adicional.
"La alianza ahora también forma parte central de las actividades emprendidas a través de la iniciativa de recuperación de medios de subsistencia climáticamente inteligentes COVID-19, llevada a cabo por la CRJ y apoyada por la IFRC", añadió Keisha Sandy, Oficial Técnica de Sostenibilidad Climática y Ambiental de la IFRC para el Caribe.
"La red de la Cruz Roja está comprometida a ayudar a las personas en las comunidades a hacer la transición de la recuperación inmediata de los impactos socioeconómicos del COVID-19, a soluciones de medios de subsistencia climáticamente inteligentes a largo plazo; orientadas a aumentar la resiliencia sostenida de las comunidades a las que servimos", dice Keisha.
Afganistán: Intensificar el apoyo es crucial en medio del deterioro de la situación económica y humanitaria
Kabul/Kuala Lumpur/Ginebra, 15 de agosto - Las dificultades económicas han agravado considerablemente las condiciones de vida en Afganistán. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) hace un llamado para que continúe el apoyo humanitario a Afganistán, junto con la inversión en soluciones a largo plazo.
Más de dos años después de que la sequía comenzara a afectar a la región, casi 28 millones de personas afganas -tanto en las ciudades como en las zonas remotas- luchan por satisfacer sus necesidades básicas. Las dificultades económicas y las continuas crisis han mermado enormemente el poder adquisitivo, haciendo que mucha gente dependa de la ayuda humanitaria.
Mawlawi Mutiul Haq Khales, Presidente en Función de la Media Luna Roja Afgana, ha declarado:
"La situación económica sigue siendo difícil para las personas vulnerables, incluidas las mujeres y las niñas. Han soportado inmensas dificultades y dependen principalmente de la ayuda humanitaria para superar los choques provocados por la sequía, los desastres naturales y las dificultades económicas."
"Gracias al generoso apoyo de nuestros asociados locales e internacionales, la Media Luna Roja Afgana ha ampliado su operación de respuesta en todas las provincias en el primer semestre de este año, con el objetivo de prevenir el empeoramiento de la situación humanitaria."
Con el apoyo de socios locales e internacionales, la Media Luna Roja Afgana ha llegado a más de 500.000 hogares (aproximadamente 3,5 millones de personas) con una serie de servicios. Entre ellos, 3 millones de personas con servicios de salud y sensibilización, más de 100.000 hogares (unas 700.000 personas) con asistencia alimentaria y al menos 35.000 hogares (unas 245.000 personas) con asistencia en efectivo.
"Ahora, debido a la reducción de los fondos y al aumento de la demanda de servicios, estamos dando prioridad a la asistencia a los grupos más vulnerables. Esto incluye proporcionar ayuda en efectivo a las viudas, ofrecer salud mental y apoyo psicosocial, y apoyar a la niñez con defectos congénitos del corazón. Para ello, pedimos a nuestros socios que refuercen sus contribuciones", añadió Mawlawi Mutiul Haq Khales.
Afganistán no sólo se enfrenta a su tercer año consecutivo de sequía, sino también a dificultades económicas que agravan la actual situación humanitaria. La actual tendencia de la ayuda exterior, limitada principalmente a intervenciones humanitarias debido a las sanciones, o a la falta de reconocimiento internacional de las actuales autoridades, dificulta los esfuerzos de solución a largo plazo.
Necephor Mghendi, Jefe de la Delegación de la IFRC para Afganistán, declaró:
"La situación humanitaria es cada vez más dura y estamos aumentando nuestro apoyo a la Media Luna Roja Afgana -con recursos financieros limitados- para aliviar las condiciones de las personas más expuestas, teniendo en cuenta la necesidad de combinar la ayuda inmediata con soluciones duraderas, que aborden también las causas profundas y las vulnerabilidades."
"No podemos abordar la situación humanitaria sin invertir en soluciones de desarrollo a más largo plazo o abordar la crisis económica. Están intrínsecamente ligadas".
"Mientras algunas partes del mundo se enfrentan también a peligros naturales y provocados por la humanidad, la gente no debe olvidar que Afganistán sigue afrontando una de las peores crisis humanitarias del mundo. Aunque los titulares puedan hacer hincapié en unos pocos problemas, las necesidades siguen siendo enormes."
La IFRC y la Media Luna Roja Afgana están aumentando los preparativos para el próximo invierno y los posibles desastres siempre presentes. Se están preposicionando en lugares estratégicos de todo el país suministros de kits de preparación para el invierno, lonas, tiendas de campaña, contenedores de almacenamiento de agua, artículos de higiene, utensilios de cocina y otros artefactos domésticos esenciales. Además, los equipos de respuesta a desastres de la Media Luna Roja Afgana están siendo equipados con kits actualizados de recogida de datos, materiales de identificación y formación para actualizarse.
La Media Luna Roja Afgana tiene una filial en cada provincia del país y cuenta con una sólida red de 24.600 personas voluntarias, entre ellas mujeres que son cruciales para prestar servicios a los grupos vulnerables, especialmente mujeres y niñas. Los miembros de la comunidad -hombres, niños, mujeres y niñas- siguen siendo fundamentales en los esfuerzos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja: como receptores, diseñadores y prestadores.
Para apoyar a la Media Luna Roja Afgana, la IFRC reitera su llamamiento de emergencia a la comunidad internacional por iun valor de 120 millones de francos suizos para prestar ayuda humanitaria urgente a más de dos millones de personas afectadas por múltiples crisis.
Si desea más información o solicitar una entrevista, póngase en contacto con:
Afganistán: Mir Abdul Tawab Razavy, +93-747-407-027, [email protected]
Kuala Lumpur: Afrhill Rances, +60-192-713-641, [email protected]
Ginebra:Mrinalini Santhanam, +41763815006,[email protected]
7 desastres en América en 2023 de los que quizá no hayas oído hablar
En todo el mundo, continuamente ocurren catástrofes y crisis. Algunas acaparan titulares internacionales -como los terremotos de Turquía y Siria o el conflicto armado internacional de Ucrania-, pero otras pasan desapercibidas fuera de los países donde ocurren.
Estas catástrofes más pequeñas y menos conocidas se cobran vidas, destruyen medios de subsistencia y hacen retroceder a comunidades enteras.
Sólo en la región de las Américas se han producido muchas catástrofes de pequeña y mediana escala en lo que va del año. Pero aunque estos desastres hayan pasado desapercibidos para el resto del mundo, las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de toda la región han estado allí, en las comunidades.
La IFRC ha prestado su apoyo, haciendo llegar dinero rápidamente a nuestras Sociedades Nacionales a través de nuestro Fondo de Reserva para la Respuesta a Desastres (DREF) para que puedan prepararse y responder con eficacia.
Echemos un vistazo a siete desastres ocurridos en América durante el primer semestre de 2023 de los que quizás no han oído hablar, y cómo la red de la IFRC ha apoyado a las personas afectadas.
1. Chile- Incendios en Viña del Mar:
En febrero de 2023, los fuertes vientos y las altas temperaturas provocaron decenas de incendios forestales en el centro y el sur de Chile, causando víctimas y daños generalizados. Estos incendios se produjeron en diciembre de 2022 y se propagaron rápidamente alrededor de la ciudad de Viña del Mar.
Con financiación del DREF, la Cruz Roja Chilena dio apoyo a más de 5.000 personas afectadas por los incendios en los meses siguientes. El personal y los equipos voluntarios prestaron apoyo médico a las comunidades y distribuyeron dinero en efectivo para que las personas pudieran comprar lo que necesitaban para recuperarse.
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2. Uruguay- Sequías:
Uruguay sufre actualmente una sequía generalizada debido a la falta de precipitaciones desde septiembre de 2022 y a las temperaturas, que son cada vez más altas en verano. Lo que ha llevado al gobierno uruguayo a declarar el estado de emergencia.
El gobierno solicitó oficialmente el apoyo de la Cruz Roja Uruguaya para llevar a cabo una evaluación de las necesidades de la sequía, para poder entender cómo estaba afectando a las personas y a las industrias agrícolas.
Con financiación del DREF, los equipos de la Cruz Roja Uruguaya se dirigieron a las zonas más afectadas para hablar con más de 1.300 familias sobre el impacto de la sequía en su salud, sus medios de subsistencia y el acceso al agua.
Sus hallazgos están ayudando al gobierno a tomar decisiones mejor informadas sobre cómo abordar la sequía, teniendo en cuenta las necesidades reales de las familias afectadas.
Es la primera vez que la financiación del DREF se utiliza para apoyar una evaluación de daños de este tipo.
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3. Paraguay-Inundaciones:
En febrero y marzo de 2023, las fuertes lluvias en el norte de Paraguay provocaron graves inundaciones que obligaron a muchas familias a abandonar sus hogares y paralizaron infraestructuras e industrias clave.
La Cruz Roja Paraguaya respondió proporcionando primeros auxilios y apoyo psicosocial a las personas que se encontraban en refugios temporales. Las personas voluntarias también compartieron información con las comunidades sobre cómo protegerse de las enfermedades transmitidas por el agua y el aumento de los mosquitos.
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4. Ecuador - Inundaciones -Terremoto - Deslizamientos:
En el primer trimestre de 2023, Ecuador sufrió varios desastres simultáneos -inundaciones, deslizamientos de tierra, derrumbes de edificios, granizadas y un terremoto- que pusieron a prueba a la Cruz Roja Ecuatoriana.
El personal voluntario se desplegó rápidamente, prestaron un amplio apoyo a las personas afectadas: refugio, atención sanitaria, agua, saneamiento y asistencia en efectivo. También realizaron encuestas para saber exactamente cómo se habían visto afectadas las personas y qué era lo que más necesitaban para recuperarse.
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5. Argentina-Inundaciones:
En junio, las fuertes lluvias provocaron inundaciones repentinas en el municipio de Quilmes, Buenos Aires, que afectaron a unas 4.000 familias. La inundación provocó cortes de electricidad, el cierre de carreteras y la contaminación del suministro de agua, lo que llevó a las autoridades locales a solicitar el apoyo de la Cruz Roja Argentina.
El voluntariado se movilizó rápidamente para prestar primeros auxilios y apoyo psicosocial a las personas que se trasladaron previamente a los centros de evacuación de la zona.
En las próximas semanas y meses, la Cruz Roja Argentina -con financiación del DREF- proporcionará refugio, salud, agua, saneamiento y apoyo higiénico a 500 de las familias más vulnerables afectadas por las inundaciones.
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6. Haiti- Inundaciones:
Las inundaciones repentinas también afectaron a Haití a principios de junio, tras una tormenta excepcionalmente fuerte que barrió todo el país. Aunque no estaba clasificado como ciclón o aguacero tropical, el temporal afectó a miles de familias, se cobró más de 50 vidas y sumergió casas enteras.
La Cruz Roja Haitiana desplegó rápidamente personal de rescate para prestar primeros auxilios y ayudar en las evacuaciones. Trabajando junto a los socios del Movimiento y con el apoyo del DREF, también han distribuido colchones, palas, rastrillos, kits de higiene, kits de tratamiento de agua y lonas de plástico.
En un país que ya sufre una epidemia de cólera, las personas voluntarias de la Cruz Roja Haitiana siguen compartiendo información importante con las comunidades sobre cómo mantenerse saludable y adoptar buenas prácticas de higiene, especialmente importantes debido al mayor riesgo de inundaciones.
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7. República Dominicana- Inundaciones:
Este mismo temporal de lluvias en Haití también afectó a las comunidades del otro lado de la frontera, en la República Dominicana, causando inundaciones repentinas en el oeste del país.
La Cruz Roja Dominicana ha estado prestando asistencia humanitaria en forma de servicios de búsqueda y rescate, evacuación, salud e higiene, primeros auxilios psicológicos y restablecimiento del contacto entre familiares.
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Estos son sólo algunos ejemplos de los muchos desastres que han afectado a América en lo que va de año.
Con el apoyo del DREF, las Sociedades de la Cruz Roja de toda la región han podido responder rápidamente a estos desastres, proporcionando asistencia humanitaria eficaz y local directamente a quienes la necesitan.
Si desea ayudar a nuestra red a seguir respondiendo a desastres menores como éstos, considere la posibilidad de hacer una donación a nuestro Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres hoy mismo.
Somalia: Hacer frente a la malnutrición en medio de la sequía
En todo el Cuerno de África, las personas están entrando en su sexta temporada de lluvias sin precipitaciones.
Desde hace dos años y medio no fluye el agua que llena los puntos de agua comunitarios, alimenta al ganado y cultiva hortalizas. El agua superficial ha desaparecido y el entorno, a veces verde, está seco y polvoriento.
La actual sequía, unida al conflicto y al aumento de los precios de los alimentos, ha provocado inseguridad alimentaria, desplazamientos y la muerte del ganado. Esto, a su vez, afecta a los medios de subsistencia y la salud de la población, y provoca malnutrición.
En todo el país, los equipos de la Media Luna Roja Somalí (MLRS) gestionan dispensarios fijos y móviles que atienden a comunidades rurales y remotas en zonas de difícil acceso. Estos dispensarios prestan atención sanitaria básica y vacunaciones sistemáticas, además de detectar la malnutrición y proporcionar apoyo nutricional. El personal deriva los casos graves de malnutrición a centros médicos y hospitales más grandes.
En los últimos meses, los equipos de la Media Luna Roja Somalí (MLRS) han informado de que cada vez hay más niños desnutridos que necesitan apoyo nutricional.
Estas son algunas de las familias a las que han estado ayudando.
Basra Ahmed Cabdale, llevó a sus hijos a una clínica de la Media Luna Roja Somalí cerca de Borama para que les hicieran pruebas de malnutrición. Su hija, Nimco Adbikadir Hassan, de 3 años, estaba moderadamente desnutrida.
Cabdale dijo que antes de la sequía, su familia comía tomates y cebollas con sorgo y maíz. También tomaban leche y carne de sus animales. Sin embargo, sin agua, los cultivos no crecen, el ganado se muere y tienen que vender sus animales para comprar alimentos y artículos de primera necesidad en el mercado local.
"Nuestra mayor preocupación es la pérdida de nuestros animales y la falta de alimentos", afirma. "Tardamos dos horas [en caminar hasta el punto de agua] y tenemos que formar una larga cola para conseguirla".
Halima Mohmoud Abah visitó la clínica de la Media Luna Roja Somalí en un pueblo cercano a Berbera con cuatro de sus hijos. Estaba preocupada por el peso de su bebé y de su hija Mardiye Abdullahi Ali, de 4 años. Mientras medían la altura, el peso y el perímetro braquial de Mardiye, Halima habló de algunas de sus preocupaciones.
"Hay sequía, se ha limitado el agua para el ganado y no hay suficiente para los cultivos", dijo.
Cuando llegan los resultados de Mardiye, está al borde de la desnutrición.
"Estoy preocupada por la salud de los niños", afirma. "Si esto continúa, acabará en cosas malas... muerte, de animales y humanos".
En la clínica de la Media Luna Roja Somalí en Burao, el personal se asegura de que todos los niños con desnutrición aguda o moderada reciban un suplemento nutricional alto en calorías: Plumpy'Sup o Plumpy'Nut, (en inglés).
Niños como Maslah Yasin Usman reciben su primer suplemento en la clínica, y sus madres reciben suficiente para llevar a casa.
Su madre, Farhiya Abdi Ahmed, es una de las muchas madres que traen a sus hijos a esta clínica para que los examinen.
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Somalia es uno de los muchos países del África subsahariana que se enfrentan actualmente a una de las peores crisis alimentarias de las últimas décadas.
La IFRC apoya a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de la región, incluida la Media Luna Roja Somalí, para proteger la vida, los medios de subsistencia y las perspectivas de millones de personas. Obtenga más información sobre nuestro Llamamiento para la Crisis del Hambre en África.
Somalia: Se calcula que la probabilidad de hambruna aumentará un 25% si los desplazados no reciben la ayuda que necesitan
Nairobi/Ginebra, 19 de diciembre de 2022 - La peor sequía de Somalia en 40 años obliga a cada vez más personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad alimentaria y pastos más verdes para el ganado. Si no se presta especial atención a las personas desplazadas, la probabilidad de hambruna aumentará alrededor de un 25 por ciento, según estimaciones de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC).
Según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC, por sus siglas en inglés) -organización internacional encargada de monitorear el hambre en el mundo-, la actual crisis de hambre en Somalia aún no alcanza el umbral para la categorización de hambruna, pero es probable que la situación empeore en los próximos meses. La IPC prevé hambruna entre abril y junio de 2023 en algunas zonas de Somalia.
Mohammed Mukhier, director regional de la IFRC para África, explicó:
"El desplazamiento es uno de los cuatro factores principales, o 'multiplicadores de la amenaza de hambruna', en Somalia. Los otros tres factores son el empeoramiento de la sequía, el aumento de los precios de los alimentos y los combates. Atender eficazmente las necesidades específicas de los desplazados reducirá significativamente la probabilidad de hambruna".
Más de un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la crisis de hambre, y se espera que esta cifra aumente. El creciente número de desplazados en asentamientos provisionales ya superpoblados limitará el acceso a agua potable, saneamiento, nutrición y servicios sanitarios. Además, aunque algunos desplazados viven con sus amigos y parientes, esto supone una carga adicional para las familias de acogida, que comparten sus limitadas reservas de alimentos con los huéspedes. Proporcionar a los desplazados ayuda humanitaria a medida es una de las formas más eficaces de evitar que las familias de acogida caigan ellas mismas en el hambre, al tiempo que se garantiza que las personas desplazadas satisfagan sus necesidades nutricionales.
Llevar asistencia humanitaria a familias que están continuamente en movimiento es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los trabajadores humanitarios. Uno de los métodos utilizados por los equipos de la Media Luna Roja Somalí, apoyados por la IFRC, es llegar a las comunidades nómadas con clínicas móviles para prestar servicios básicos de salud en regiones remotas del país.
Algunas de las acciones urgentes necesarias para reducir la probabilidad de hambruna incluyen el fortalecimiento de los servicios de salud y nutrición, la asistencia en efectivo y el refugio.
Mukhier añadió: "Reiteramos nuestro llamamiento para dar prioridad a la creciente crisis de hambre en Somalia, la peor sequía del país en 40 años. Como organización, nos centramos en las personas desplazadas, por nuestra capacidad única de llegar hasta ellas con asistencia."
La Media Luna Roja Somalí cuenta con una red nacional de filiales y un gran número de voluntarios en todo el país. También cuenta con una amplia red de centros de salud. Los equipos de la Media Luna Roja se centran en entregar dinero en efectivo a las familias para satisfacer sus necesidades alimentarias, sanitarias y otras necesidades urgentes. El dinero en efectivo da a las personas la libertad de elegir lo que más necesitan para ayudar a sus familias a mantenerse sanas y es más conveniente para las comunidades nómadas que, de otro modo, tendrían que llevar consigo la ayuda en especie cuando se desplazan.
Según el IPC, es probable que la temporada de lluvias de abril a junio de 2023 sea inferior a lo normal y hay un 62% de probabilidades de que las precipitaciones acumuladas se sitúen en el tercil inferior. Será la sexta temporada de precipitaciones por debajo de la media. Los precios de los alimentos también seguirán siendo altos, y la inseguridad limitará el acceso a los mercados e impedirá la ayuda humanitaria. Las personas desplazadas estarán entre las más afectadas.
Para más información, por favor, contacten con:
En Nairobi: Euloge Ishimwe, +254 735 437 906, [email protected]
En Dakar: Moustapha DIALLO, +221 77 450 10 04 [email protected]
En Ginebra: Jenelle Eli, +1 202 603 6803 [email protected]
África: crisis de hambre
El África subsahariana está experimentando una de las crisis alimentarias más alarmantes de las últimas décadas, tanto por su gravedad como por su alcance geográfico. Alrededor de 146 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria aguda y necesitan ayuda humanitaria urgente. La crisis se debe a una serie de factores locales y globales, como la inseguridad y los conflictos armados, los fenómenos meteorológicos extremos, la variabilidad del clima y las repercusiones macroeconómicas negativas. A través de este llamamiento de emergencia regional, la IFRC apoya a muchas Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de toda África para proteger la vida, los medios de subsistencia y las perspectivas de millones de personas.
Afrontar las causas medioambientales de la crisis alimentaria en África
Este blog se publicó originalmente en el sitio web del WWF aquí.
África se enfrenta a su peor crisis alimentaria en 40 años. Casi 114 millones de personas en el África subsahariana -una cifra que se aproxima a la mitad de la población de Estados Unidos- se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria. En África oriental, 50 millones de personas están en peligro. En el Sahel, el número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia se ha cuadruplicado hasta alcanzar los 30 millones en los últimos siete años.
Las causas de esta crisis actual son múltiples. Los conflictos y la recesión económica provocada por la pandemia del COVID-19 han desempeñado su papel. Pero lo más importante es que el continente se ha visto asolado por sequías prolongadas, inundaciones y nubes de langostas del desierto, peligros naturales que se han visto agravados por el cambio climático provocado por el hombre y la degradación de la naturaleza.
Son los más vulnerables los que se llevan la peor parte de la actual crisis del hambre. Los hombres y las mujeres pierden sus medios de vida a medida que se pierden las cosechas, los animales se mueren de hambre o de sed, y el suelo es arrasado. Los niños pasan hambre y se abandona su educación. Las mujeres comen menos, y la sequía hace que las necesidades dietéticas, especialmente de las niñas, las mujeres embarazadas y lactantes, y la higiene menstrual queden relegadas.
Hay una necesidad urgente de ayuda humanitaria para salvar vidas en todos los países de África. Organizaciones como las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja están intensificando sus acciones, con la IFRC, los gobiernos y los socios, para proporcionar esta ayuda urgente. Pero reconocen, al igual que el WWF, la necesidad de crear también resiliencia ante las crisis y de abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria.
Un clima cambiante
Las causas subyacentes de la doble crisis medioambiental del clima y de la pérdida de la naturaleza se suman a las crisis provocadas por factores como la pobreza y los conflictos. Los crecientes niveles de gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera -principalmente procedentes de los países ricos y de renta media del Norte global- están impulsando aumentos de temperatura que alteran los patrones meteorológicos y climáticos y degradan los ecosistemas naturales.
El cambio climático está empeorando los fenómenos meteorológicos extremos, haciéndolos más frecuentes y transfronterizos. Está cambiando los patrones de precipitación, socavando la seguridad hídrica y alimentaria. Está afectando a la salud humana, así como ejerciendo una presión adicional sobre la naturaleza y la biodiversidad, exacerbando las presiones del cambio de uso del suelo, la sobreexplotación, la contaminación y las especies invasoras.
En la actualidad, alrededor del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de los sistemas alimentarios. La elección de los alimentos en las zonas urbanas ricas no sólo está provocando una crisis sanitaria de obesidad y enfermedades no transmisibles, sino que el consumo excesivo de alimentos producidos de forma insostenible y los comportamientos ineficientes y de despilfarro en todas las cadenas de valor están contribuyendo directamente a la inseguridad alimentaria en África.
Esto subraya el imperativo urgente de que los países ricos reduzcan sus emisiones lo antes posible. Incluso si todos los demás sectores se descarbonizan linealmente de aquí a 2050, los sistemas alimentarios que siguen funcionando representarán casi todo el presupuesto de carbono de un futuro de 2 grados.
Mientras que unos 89 países se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero para mediados de este siglo (lo que aún no permitiría reducir las emisiones necesarias para limitar el calentamiento a 1,5 °C), pocos han desarrollado aún el conjunto de políticas y normativas que los situarán en una trayectoria neta cero.
Muchas comunidades vulnerables de África necesitan ser apoyadas frente a los choques climáticos, reforzando su capacidad de respuesta, reduciendo su exposición al riesgo y aumentando su resiliencia.
Es mucho lo que puede y debe hacerse para ayudar directamente a las comunidades y ecosistemas vulnerables de África hoy y en las próximas décadas.
Hay que invertir urgentemente para ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse a los impactos actuales del cambio climático y a ser más resistentes a las crisis climáticas que están por venir. Para ello es fundamental llegar a un entendimiento común, asegurar la financiación y promulgar políticas favorables para que los gobiernos, las ONG y el sector privado de África puedan reconocer las amenazas que suponen los impactos del cambio climático y aplicar las soluciones urgentes necesarias para ayudar a la población local a adaptarse.
El vínculo entre el clima y la naturaleza
También existen soluciones significativas que utilizan la naturaleza tanto para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero como para ayudar a las comunidades a adaptarse y ser más resilientes al clima.
La tierra, los océanos y los sistemas de agua dulce del mundo ya absorben y almacenan la mitad de las emisiones que la humanidad produce cada año: proteger, restaurar y mejorar los ecosistemas será fundamental para hacer frente al cambio climático. Los sistemas alimentarios también pueden ser una parte importante de la solución a las crisis de la naturaleza y el clima.
La inversión en soluciones basadas en la naturaleza -como la adopción de prácticas agroecológicas de producción de alimentos, la conservación de los bosques, la protección de los humedales o la mejora de los ecosistemas costeros- puede ayudar a almacenar las emisiones, proteger a las comunidades de los fenómenos meteorológicos extremos y proporcionar alimentos, empleos y hábitats. Estas soluciones, si son de alta calidad, están bien diseñadas y cuentan con la financiación adecuada, pueden contribuir a aumentar la resiliencia climática.
Pero además de los proyectos individuales, los impactos y las vulnerabilidades climáticas, así como la protección de la naturaleza, deben integrarse en la toma de decisiones de los sectores público y privado a todos los niveles en todo el continente. La magnitud del desafío que suponen el clima y la pérdida de la naturaleza significa que deben ser considerados en todos los niveles de la toma de decisiones y por los actores económicos grandes y pequeños.
La actual crisis alimentaria a la que se enfrentan millones de personas en toda África exige una ayuda humanitaria urgente. Pero, sin una respuesta mucho más amplia y a largo plazo, dirigida localmente y centrada en las personas, al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad, los recursos humanitarios se verán desbordados.
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La IFRC se ha asociado con WWF, la mayor organización de conservación del medio ambiente del mundo, para trabajar con la naturaleza y proteger a las personas de la crisis climática. Haga clic aquí para saber más sobre nuestra asociación.
"El hambre es uno de los sufrimientos más indignos de la humanidad": la lucha contra la inseguridad alimentaria en África y más allá
La inseguridad alimentaria no es un fenómeno nuevo. Pero la reciente escalada en la gravedad y la extensión geográfica del hambre crónica es un serio motivo de alarma.
La crisis del hambre se hace sentir con mayor crudeza en el continente africano, donde muchas regiones, en particular el Cuerno de África, el Sahel y el Lago Chad, sufren la peor crisis alimentaria de las últimas décadas.
Millones de personas se enfrentan al hambre en toda África, lo que ha llevado a la IFRC a lanzar llamamientos de emergencia para las crisis de hambre en Nigeria, Somalia, Kenia, Etiopía, Níger y Angola, todo ello en el último año.
En mayo, conocí a algunos de los afectados mientras visitaba las zonas afectadas por la sequía en el condado de Marsabit (Kenia), donde los niveles de malnutrición se encuentran entre los más altos del continente.
Vi de primera mano el nivel de sufrimiento causado por la grave falta de lluvias durante cuatro temporadas consecutivas, junto con la vulnerabilidad preexistente en algunas partes del condado. Los niños, las madres jóvenes y los ancianos son los más afectados y se enfrentan a la casi desaparición de sus medios de vida.
Aunque esta crisis del hambre es, en gran medida, inducida por el clima, también está impulsada por los efectos de las nubes de langostas generalizadas, los brotes de enfermedades, los conflictos y la inseguridad, y las desaceleraciones económicas, incluidas las provocadas por el COVID-19.
Además, el conflicto en curso en Ucrania está perturbando el comercio mundial de alimentos, fertilizantes y productos petrolíferos, y los precios de los productos agrícolas están alcanzando máximos históricos. África oriental, por ejemplo, obtiene el 90% de su trigo importado de Rusia y Ucrania (fuente: PMA), y el conflicto ha provocado una importante escasez. La crisis de Ucrania también ha desviado la atención y los recursos de otras crisis.
Aunque Ucrania es una crisis extremadamente preocupante, que afecta a millones de personas, no podemos permitirnos perder de vista otras crisis urgentes en todo el mundo. Una de ellas es el rápido deterioro de la situación de la seguridad alimentaria en muchas partes de África. El tiempo corre y pronto puede ser demasiado tarde para evitar una tragedia generalizada.
Así que la pregunta que debería preocuparnos a todos es: ¿Qué podemos hacer, como colectivo humanitario, para evitar que se repita la trágica historia de principios de los años 80?
Necesitamos una acción urgente y masiva para ampliar la asistencia que salva vidas a millones de personas al borde del colapso, pero también para abordar con decisión las causas profundas de esta crisis mediante compromisos a más largo plazo.
La IFRC tiene un papel importante y único que desempeñar. Con nuestro alcance comunitario y nuestra experiencia sin parangón, nuestros más de 100 años de experiencia humanitaria, nuestra capacidad de actuar tanto a nivel local como mundial, y el estatus especial de nuestras Sociedades Nacionales como auxiliares de los poderes públicos, podemos cambiar esta situación. Pero necesitamos los recursos para hacerlo.
Nuestra prioridad colectiva inmediata es reunir apoyo para salvar vidas, dentro y fuera de nuestra red de la IFRC, durante los próximos seis meses, prestando especial atención al Cuerno de África, el Sahel Central y otros puntos conflictivos del continente.
Durante esta fase de emergencia, centraremos nuestro apoyo en lo que sabemos por experiencia que marcará la mayor diferencia en la vida y los medios de subsistencia de las personas afectadas: asistencia alimentaria, programas de dinero en efectivo y apoyo nutricional.
Al mismo tiempo, desarrollaremos una programación a más largo plazo, junto con las Sociedades Nacionales interesadas, para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria. Nos basaremos en nuestros éxitos anteriores y trabajaremos en apoyo de los planes y marcos de los gobiernos para restablecer la resiliencia de las comunidades más empobrecidas, incluidas las poblaciones desplazadas.
Todo lo que hagamos se apoyará en datos sólidos y en un compromiso significativo con la comunidad para garantizar que nuestra respuesta se basa en pruebas y está hecha a medida.
El hambre es uno de los sufrimientos más indignos de la humanidad. Para aliviar el sufrimiento humano, debemos estar a la altura de este reto mediante la movilización y la acción colectivas, tanto en lo inmediato como a largo plazo.
No podemos permitirnos hacer demasiado poco y demasiado tarde.
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Desde 2020:
La red de la IFRCllegó a 4,8 millones de personas con asistencia alimentaria y artículos no alimentarios, combinando todas las operaciones de respuesta humanitaria (Llamamientos de Emergencia, DREFs y nuestra respuesta COVID-19)
Más de 20 Sociedades Nacionales africanas han puesto en marcha proyectos relacionados con la seguridad alimentaria como parte de su programación habitual
33 Sociedades Nacionales africanas han aumentado su capacidad para prestar asistencia en efectivo y con vales
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Afganistán: el hambre y la pobreza aumentan mientras persiste la sequía
Kuala Lumpur/Kabul/Ginebra 17 de junio - La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) hace un llamamiento para que se incremente el apoyo mundial a fin de frenar la espiral de hambre en Afganistán, donde una de las peores crisis humanitarias del mundo amenaza a millones de personas.
El intenso calor del verano y la escasa temporada de lluvias de la primavera han condenado a una cosecha significativa en el país.
En medio de la creciente pobreza, el 70% de los hogares no puede satisfacer las necesidades básicas de alimentos y no alimentos, con efectos especialmente devastadores para los hogares encabezados por viudas, personas mayores, personas con discapacidad y niños. Se calcula que 3 millones de niños están en riesgo de desnutrición y son susceptibles de contraer enfermedades como la diarrea acuosa aguda y el sarampión, debido a su inmunidad debilitada.
Miles de personas han recurrido a la mendicidad en las calles, y los precios de los artículos de primera necesidad se han disparado ante la disminución de las remesas, el desmoronamiento de la economía y el aumento de la pobreza.
El Dr. Mohammad Nabi Burhan, Secretario General de la Media Luna Roja Afgana, dijo: "Esta es una de las peores crisis humanitarias que he visto en Afganistán, en más de 30 años como trabajador de ayuda humanitaria. Es espeluznante ver la magnitud del hambre y el resurgimiento de la pobreza que tanto hemos luchado por erradicar.
"Es especialmente preocupante para los afganos de las zonas rurales y remotas, donde algunas de las comunidades más pobres del país se enfrentan a una indigencia generalizada y a niveles de desnutrición muy elevados tras la pérdida de sus cosechas o de su ganado.
"La falta de alimentos no debería ser una causa de muerte en Afganistán. Tiene que haber un esfuerzo internacional concertado para continuar con la asistencia humanitaria crítica en todo el país para poder salvar vidas."
La Media Luna Roja Afgana está intensificando su operación de respuesta con los fondos disponibles, dando prioridad inmediata a la distribución de alimentos y dinero en efectivo, así como a la prestación de servicios sanitarios a través de más de 140 centros de salud en todo Afganistán. Sin embargo, los últimos informes muestran que se necesitará mucha más ayuda.
Necephor Mghendi, Jefe de la Delegación de la IFRC en Afganistán, dijo:
"El aumento de las dificultades económicas es un golpe amargo para las familias de Afganistán, que tratan de hacer frente a una de las peores sequías y crisis alimentarias que jamás hayan afrontado, dejando a los niños desnutridos y mucho más vulnerables a enfermedades prevenibles.
"Además de proporcionar ayuda crítica a las personas que luchan contra la grave sequía y el hambre, hay que apoyar las intervenciones en materia de medios de subsistencia para que la gente pueda restablecer los medios de obtener ingresos.
"También es necesario invertir en las instituciones locales que prestan servicios vitales tanto en las ciudades como en las zonas remotas. Está demostrado que las instituciones locales con personal y que funcionan bien ayudan a los más vulnerables, como los niños, las mujeres y las personas mayores, en todos los rincones de Afganistán."
Como parte de este apoyo continuo, la IFRC hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que aporte 80 millones de francos suizos para apoyar a la Media Luna Roja Afgana en la prestación de socorro de emergencia, servicios de salud y asistencia para la recuperación de más de un millón de personas en las provincias afectadas por múltiples crisis.
Para más información o entrevistas, contacten con:
Oficina Asia Pacífico:
Joe Cropp, +61 491 743 089,
[email protected]
Cuerno de África: el Secretario General de la IFRC visita Kenia mientras se avecina la peor sequía de los últimos 40 años para millones de personas
Nairobi/Ginebra, 6 de mayo de 2022-El Secretario General de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Jagan Chapagain, finaliza una visita de tres días a Kenia, y pide un aumento masivo de la asistencia humanitaria y a largo plazo para las comunidades afectadas por la creciente crisis del hambre en el Cuerno de África.
Al final de su visita a Marsabit, una de las zonas de Kenia más afectadas por los efectos de la sequía, el Sr. Chapagain dijo:
"He visto de primera mano el nivel de sufrimiento causado por la sequía en Marsabit. Hay unos niveles de desnutrición muy inaceptables, una tasa de desnutrición aguda global (GAM) del 53,6% en este distrito en particular, una de las más altas de África. La situación se está deteriorando rápidamente. Necesitamos ayuda humanitaria inmediata para llegar a los más vulnerables. También necesitamos soluciones a largo plazo que aborden el impacto del cambio climático, incluyendo la inversión en medios de vida resilientes".
Kenia, Etiopía y Somalia se enfrentan a una crisis humanitaria a gran escala, inducida por el clima y prolongada, con más de 14 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y con necesidad urgente de ayuda humanitaria, entre las que se encuentran al menos 5,5 millones de niños con desnutrición aguda. 6,1 millones de personas en Etiopía y 4,1 millones en Somalia necesitan ayuda humanitaria urgente. En Kenia, 3,5 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda, y las tierras más áridas y semiáridas del este y el norte de Kenia experimentan condiciones críticas de sequía. Esta catástrofe silenciosa se ha visto eclipsada -y en gran medida amplificada- por la crisis de Ucrania.
"No es sólo comida y agua lo que la gente necesita aquí. En el fondo hay problemas invisibles como la violencia sexual y de género, y las profundas repercusiones en la salud mental. Un ejemplo que se dio fue el de las mujeres que caminan más de 40 km para llegar al agua potable; lo que ocurre en el viaje es impensable", añadió Chapagain.
La Dra. Asha Mohammed, Secretaria General de la Cruz Roja de Kenia, que también estuvo en Marsabit, dijo:
"El hecho de que los habitantes de Marsabit hayan perdido más del 70% de su ganado, que es su principal medio de vida, significa que el camino hacia la recuperación será largo y lento. Nuestros equipos están desempeñando un papel fundamental en la reducción de los riesgos a los que se enfrentan las familias. Han proporcionado ayuda en efectivo, asistencia alimentaria y mejores prácticas de tratamiento del agua, pero la necesidad de rehabilitar los sistemas de agua sigue siendo urgente. Hacemos un llamamiento a todos nuestros socios y partes interesadas para que apoyen nuestros esfuerzos".
En respuesta a la situación de hambre y sequía en Kenia, Somalia y Etiopía, la IFRC, la Cruz Roja de Kenia, la Cruz Roja de Etiopía y la Media Luna Roja de Somalia solicitan conjuntamente 39 millones de francos suizos. Esta financiación permitirá a los voluntarios y al personal de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja prestar asistencia a 1.560.000 personas, ampliando sus actividades de asistencia humanitaria y de emergencia y de recuperación y abordando las causas profundas de la inseguridad alimentaria.
Esta estrategia está en consonancia con la Iniciativa Panafricana Hambre Cero de la IFRC, que adopta un enfoque holístico de la seguridad alimentaria, integrando intervenciones específicas para la nutrición rápida, la seguridad alimentaria y el apoyo a los medios de subsistencia de los hogares y las comunidades que padecen inseguridad alimentaria aguda, con una estrategia a largo plazo para lograr el hambre cero y la recuperación sostenible.
"La alimentación es una necesidad básica de la población. Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos de África para que se aseguren de tener el marco político adecuado para hacer frente a la sequía", dijo Chapagain.
Para más información o solicitar entrevistas con representantes de la IFRC o de la Cruz Roja de Kenia, contacten con:
En Nairobi:
IFRC - Euloge Ishimwe, +254 731 688 613, [email protected]
Cruz Roja de Kenia - Peter Abwao, +254 711 590911, [email protected]
En Ginebra:
IFRC – Benoit Carpentier, +41 79 213 2413, [email protected]
Afganistán: La escasez de alimentos se agrava mientras los campos de primavera permanecen desnudos
Kuala Lumpur/Kabul/Ginebra, 22 de marzo - La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) teme seriamente por millones de afganos y comunidades agrícolas, ya que los campos permanecen sin las cosechas anuales de primavera.
La actual sequía significa que la superficie sembrada con trigo de invierno está muy por debajo de la media. Los informes de campo indican que la mitad del terreno normalmente sembrado con trigo estaba en barbecho al final de la ventana de siembra en diciembre. El hambre se agrava en Afganistán, donde el 95% de la población carece de alimentos suficientes para comer cada día, según Naciones Unidas.
Es probable que los pocos cultivos que se plantaron se enfrenten a duras condiciones, ya que se espera que La Niña traiga condiciones más secas de lo normal en los próximos meses, lo que extenderá la grave sequía a un segundo año.
Mawlawi Mutiul Haq Khales, presidente interino de la Media Luna Roja Afgana, dijo:
"Millones de familias dependen de la agricultura, pero ya han perdido las cosechas del año pasado por la grave sequía, lo que les ha dejado sin grano para pasar el duro invierno ni semillas para sembrar en los campos.
"Sin semillas en la tierra, no habrá cosecha en la primavera y el verano, creando un riesgo real de hambruna en todo Afganistán, donde casi 23 millones de personas ya no pueden alimentarse cada día.
"Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para apoyar a estas comunidades con ayuda mientras se preparan para un segundo año de sequía y escasez de alimentos, al tiempo que trabajamos para mantener los medios de vida que son tan importantes para las familias y comunidades enteras".
La crisis de la sequía ha alimentado una crisis económica en un país donde la agricultura es fundamental para el sustento de la población y el pilar de la economía. Más del 70% de la población afgana vive en zonas rurales y alrededor del 80% de los medios de subsistencia dependen de la agricultura, según los últimos datos de seguridad alimentaria de la IPC de Afganistán.
La Media Luna Roja Afgana, con el apoyo de la IFRC, está trabajando con las comunidades agrícolas para disponer de fuentes de agua más sostenibles, cultivos resistentes a la sequía y otras oportunidades de generación de ingresos para las mujeres en las zonas regionales del país.
Johanna Arvo, jefa interina de la delegación de la IFRC en Afganistán, dijo:
"Los estragos del cambio climático hacen que los riesgos y las dificultades se disparen para la población de Afganistán. Millones de personas se han enfrentado a dos graves sequías en cuatro años, que han provocado pérdidas de cosechas catastróficas y una devastadora escasez de alimentos.
"Las temperaturas están aumentando, lo que provoca una reducción de la capa de nieve, del deshielo y del suministro de agua. Las lluvias son cada vez más irregulares, lo que está diezmando la agricultura en Afganistán.
"Además de proporcionar ayuda inmediata, debemos invertir mucho más en el futuro, ayudando a los afganos a establecer suministros de agua más sostenibles y cultivos resistentes a la sequía, al tiempo que apoyamos la generación de ingresos para los más expuestos, incluidas las mujeres y los ancianos".
Como parte de este apoyo continuo, la IFRC hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que aporte más de 65 millones de francos suizos para apoyar a la Media Luna Roja Afgana en la prestación de servicios de salud, socorro de emergencia y asistencia para la recuperación a más de un millón de personas en las provincias afectadas por las múltiples crisis.
Para más información o concertar entrevistas, por favor, contacten con:
Oficina Asia Pacífico:
Antony Balmain, +60 12 230 8451,
[email protected]
Oficina Asia Pacífico:
Joe Cropp, +61 491 743 089,
[email protected]
Afganistán: crisis humanitaria
Afganistán sufre los efectos combinados de décadas de conflicto, grave sequía, inseguridad alimentaria, catástrofes relacionadas con el clima, desplazamientos y deficiencias en los servicios sanitarios. Un mortífero terremoto de magnitud 5,9 sacudió también el sureste del país el 22 de junio, cobrándose al menos 1.000 vidas. Este Llamamiento de Emergencia revisado solicita 90 millones de francos suizos, que se han incrementado desde los 36 millones de francos suizos de agosto de 2021, para seguir ampliando la respuesta humanitaria de la Media Luna Roja Afgana (MLRA) a las múltiples crisis humanitarias en Afganistán. Los fondos recaudados permitirán a la IFRC apoyar a la MLRA para prestar asistencia y apoyo a 1.000.000 de personas en las 34 provincias.
Sequías
La sequía es un período prolongado de escasas precipitaciones (precipitaciones, nevadas o deshielo) que resulta en escasez de agua. Cuando las comunidades no tienen suficiente agua para beber, el saneamiento y la agricultura, puede provocar inseguridad alimentaria, la propagación de enfermedades, desnutrición y hambre, migración y pérdidas económicas. La sequía también puede tener un impacto negativo en la generación de energía, el transporte y las necesidades comerciales o industriales de un país.