Ginebra, 14 de octubre de 2023 – El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está consternado por la miseria humana que a lo largo de la semana pasada fue desplegándose en Israel y Gaza. La población civil, en particular, mujeres y niñez, personas adultas mayores y personas heridas y enfermas, son quienes pagan el precio más alto.
Nada puede justificar las horrorosas pérdidas de vidas civiles en Israel el último fin de semana. Nos solidarizamos con las personas que perdieron a familiares y a las que están esperando ansiosamente recibir noticias de sus seres queridos desaparecidos, noticias que deberían recibir sin demora. Pero esa tragedia no puede justificar tampoco la destrucción sin límites de Gaza.
Nos preocupa profundamente el llamado a reubicar a la población de Gaza. Nuestro personal voluntario se niegan a irse y abandonar a quienes más los necesitan. Ellos deben ser protegidos para poder proteger a los demás.
En ambas partes hay sufrimiento humano. Y siempre es devastador. La muerte de un hijo o una hija, un hermano o una hermana, un padre o una madre es una tragedia humana, más allá de dónde o a quién le suceda. La vida de las personas civiles debe ser protegida en todas partes.
El derecho internacional humanitario –el derecho de los conflictos armados– no establece jerarquías para el dolor y el sufrimiento. Sus normas existen para preservar la humanidad en los momentos más oscuros, y hoy urge cumplirlas más que nunca. Son y deben seguir siendo nuestra brújula para que la humanidad prevalezca por sobre todas las cosas.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina y el Magen David Adom en Israel han estado trabajando sin descanso para prestar asistencia crítica, en particular a través de los servicios de salud y de ambulancias, a las personas afectadas. Todos los días su personal y voluntariado arriesgan la vida para salvar a otras personas. Tan solo esta semana, hemos perdido a colegas de ambas Sociedades Nacionales, que murieron mientras cumplían sus funciones, realizando una labor humanitaria vital. Estas muertes nos recuerdan trágicamente los peligros a los que está expuesto el personal humanitario y sanitario. Expresamos nuestras más profundas condolencias a sus familiares, amistades y colegas. Reiteramos nuestro llamado a proteger al personal humanitario.
El Movimiento mantiene su determinación de seguir prestando protección y socorro vital a las personas que están sufriendo los horrores de esta violencia. Para lograrlo, nuestros equipos deben poder desempeñarse en condiciones seguras. Se debe dar acceso a las organizaciones humanitarias para que cumplan su labor de aliviar el sufrimiento humano, que no deja de agravarse.
Las necesidades son inmensas y continuarán aumentando si persisten las hostilidades. Llamamos a todas a las partes a ejercer la moderación, a regirse por las obligaciones que les impone el derecho internacional humanitario y a proteger a las personas civiles, que deben seguir siendo el centro de todo lo que hacemos.